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Este lunes pasadas las 5:40 de la tarde, se dio inicio a la audiencia de juicio de la llamada “Operación Gedeón”, en el Palacio de Justicia de Caracas, Venezuela. Se presentaron cuatro órganos de prueba, todos funcionarios actuantes en las aprehensión, allanamientos, etc, de los imputados. Uno a uno fueron compareciendo frente a la magistrada que dirige la sesión, el Ministerio Público (MP), Abogados defensores y Acusados. Cada funcionario habla de cómo fueron los procedimientos, luego preguntan los fiscales y posteriormente la defensa.
En medio del calor en los salones donde se hacen las audiencias, en el edificio de los tribunales en la Esquina de Cruz verde, en el centro de la capital venezolana, se hizo un receso a las 7:25 de la noche y se retomó la audiencia a las 7:40 pm. Compareció un tercer testigo, y luego debía hacerlo el último, un funcionario de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim).
Nada más el militar entrar y pisar la sala, los imputados que están detenidos en la sede de contrainteligencia (17) en Boleita, noreste de Caracas, se levantaron de sus asientos y comenzaron a señalar al funcionario de la Dgcim como uno de sus torturadores. Entre gritos y señalamientos decían el alias del militar, que, según los testimonios de los acusados, es uno de los más temidos en esta instancia castrense.
La reacción de la juez a cargo del debate no se hizo esperar. No es la primera vez que se interrumpe el juicio por la presencia de un presunto torturador, señalado así por los imputados. La magistrada interrumpió los acalorados señalamientos, y en voz alta pidió que se respetaran las reglas de la sala. “Si se van a comportar así y no van a seguir las normas, tendré que suspender la audiencia”, indicó visiblemente molesta.
La juez indicó en la sala, “No puedo dar celeridad al juicio si se comportan así, yo sé que tienen sus derechos, pero deben comportarse en el juicio”, manifestó. La titular del despacho judicial, a las 8:10 de la noche decidió suspender la audiencia. Sin embargo, la indignación y el dolor de los imputados quedó nuevamente visible en sala, las torturas que han tenido que soportar parecieran ser tan inhumanas que cada sesión de juicio la ven como una ventana para que se sepa el terror que viven en prisión.
